¿Cómo elegir al contratista? Esta es la pregunta que ha hecho correr ríos de tinta y reuniones sin fin en muchas empresas.
En un extremo del arco estará la búsqueda de eficiencia, flexibilidad y rapidez en la gestión. El procedimiento es elegir entre pocos proveedores conocidos y de probada calidad interactuando con ellos, preguntando precios, costes y condiciones, incluso redefiniendo el alcance o el mismo proyecto, hasta llegar a la mejor decisión. Implica una gran confianza en los gestores.
En el otro extremo está el procedimiento perfectamente trazable y auditable internamente y por socios y que garantiza los menores resquicios para una posible corrupción. Hay que seguir un estricto protocolo predeterminado, automatizado a un grado en el que casi no haya lugar para decisiones que puedan ser arbitrarias, a criterio del contratante. Las licitaciones se publicarán en periódicos e internet y cualquier empresa tendrá la posibilidad de presentar una oferta.
Este segundo método es el preferido por los organismos estatales, ya que minimiza, aunque no puede llevar a cero, el riesgo de corrupción, aunque presenta algunos inconvenientes:
- crea un riesgo cierto de decisiones equivocadas
- requiere una cantidad mucho mayor de horas de trabajo
- la llegada a la decisión final tarda mucho más
- la flexibilidad cuando el proyecto cambia (siempre) es escasa
- suele ser muy caro
Entre los dos extremos de este arco hay una serie de opciones intermedias donde se sitúa la mayoría de las empresas. En general mientras más ligadas estén las empresas al estado, más cerca se hallarán del segundo extremo y mientras más pequeñas e informales y confiadas en sus empleados sean, estarán más cerca del primero.
En los años de desarrollo del sub-salino brasileño, la mitad de todas las plataformas de perforación del mundo en el offshore profundo estaban contratadas en Brasil, casi todas por Petrobras. Si el precio del petróleo continúa subiendo un poco más y se consolida la recuperación de Brasil la situación puede replicarse.
Por este motivo ha causado desazón la noticia presentada por Petrobras, el pasado 17 de enero, de cambiar el método de contratación, pivotando hacía el sistema de mayor burocracia del arco. Es una lógica respuesta al “Lava Jato”, el proceso que descubrió enormes casos de corrupción en la adjudicación de contratos de Petrobras.
Las empresas que quieran vender a Petrobras tendrán que tener muy en cuenta estas nuevas reglas. En este tipo de procedimiento es fácil que una oferta quede descartada por un tecnicismo sin importancia, los precios deben responder a las mínimas especificaciones solicitadas, ya que ofrecer un producto de mayor calidad a un precio apenas mayor, puede resultar en perder la licitación. Además, el nuevo procedimiento no excluye las peligrosas “reverse auctions”.
Aunque por el momento todavía no está clara la forma de aplicación del nuevo procedimiento, ya se está poniendo en marcha secuencialmente en algunos estados brasileños, hasta abarcar todo el país en abril del 2018.
Hasta ahora ya era muy difícil la preparación de una licitación cumpliendo los laberínticos requisitos de las normas locales, que muchos reclaman actualizar y simplificar. Pero las nuevas reglas harán que vender a Petrobras sea doblemente difícil y requiera especialistas y muchas horas de trabajo.
Más información en la sección /servicios-oil & gas/
Leer más
Leer menos
*Ideas2Invoices no se hace responsable de las opiniones de los autores.